Assessing the economic costs of unhealthy diets and low physical activity. An evidence review and proposed framework
Las dietas poco saludables y la baja actividad física contribuyen a muchas enfermedades crónicas y discapacidad; son responsables de unas 2 de cada 5 muertes en todo el mundo y de alrededor del 30% de la carga mundial de morbilidad. Sin embargo, sorprendentemente, se sabe muy poco sobre los costos económicos que causan estos factores de riesgo, tanto para el cuidado de la salud como para la sociedad en general.
Este estudio reúne la evidencia sobre la carga económica que puede vincularse con dietas poco saludables y poca actividad física y explora
- Cómo varían las definiciones y por qué esto importa
- La complejidad de estimar la carga económica y
- Cómo podemos llegar a una mejor manera de estimar los costos de una dieta no saludable y baja actividad física, usando la diabetes como ejemplo
La revisión concluye que las dietas poco saludables y la baja actividad física predicen un mayor gasto en atención médica, pero las estimaciones varían mucho. Los estudios existentes subestiman la verdadera carga económica porque la mayoría solo mira los costos para el sistema de salud. Los costos indirectos causados por la pérdida de productividad pueden ser dos veces más altos que los costos directos de atención de la salud, que juntos representan aproximadamente el 0.5% del ingreso nacional.
El estudio también prueba la viabilidad de utilizar un enfoque basado en enfermedades para estimar el costo de dietas poco saludables y poca actividad física en Europa, proyectando la carga económica total asociada con estos dos factores de riesgo manifestada en nuevos casos de diabetes tipo 2 en € 883 millones en 2020 para Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido solamente. Los costos "verdaderos" serán más altos, ya que las dietas poco saludables y la baja actividad física están relacionadas con muchas más enfermedades.
Los hallazgos del estudio son un paso hacia una mejor comprensión de la carga económica que puede asociarse con dos factores de riesgo clave para la mala salud y ayudarán a los legisladores a establecer prioridades y promover de manera más efectiva las dietas saludables y la actividad física.