
Nutricionistas alertan de las consecuencias del consumo de precocinados en la población infantojuvenil
El Colegio de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana alerta de que el consumo de comida precocinada conlleva mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 o ciertos tipos de cáncer.
Tal y como recoge el Informe “Cómo Comemos en Comunitat Valenciana” que publicó el Colegio en 2024, el perfil que más consume platos precocinados son los jóvenes. “Los alimentos congelados o platos preparados se encuentran en el top 3 de productos más consumidos entre la población joven. Esto se debe a una falta de tiempo en la dedicación a la cocina y a la escasa planificación de menús de las familias que los lleva a decidir en último momento qué comer y lo hacen con productos ya listos para su consumo”, explica Luis Cabañas, presidente del CODiNuCoVa.
Los nutricionistas valencianos explican que conviene diferenciar entre los platos preparados y los alimentos listos para consumir. “Existen alimentos listos para consumir que son saludables, como pueden ser las frutas y verduras frescas o los botes de legumbres ya cocidas. El problema llega cuando el producto que adquirimos contiene más ingredientes, lo que nos puede indicar mayor procesamiento y, con ello, ingredientes de mala calidad, no saludables o productos altos en sal, como componentes utilizados para mejorar su sabor o conservación”, advierte Cabañas. Y es que cuando un plato precocinado tiene un conjunto de ingredientes que han sufrido procesamientos varios o, simplemente, los incluye para fomentar su conservación, suele incluir cantidades de sal, grasas perjudiciales o azúcar demasiado elevadas, y eso es lo que los profesionales llaman ultraprocesados.
Los ultraprocesados, un riesgo para la salud
Numerosos estudios hablan de la evidencia científica que existe en la relación entre el consumo habitual de productos ultraprocesados y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. “Esto se debe principalmente a su alto contenido en azúcares, grasas de mala calidad y sal, así como a su bajo contenido de nutrientes como fibra, vitaminas y minerales. Especialmente en la edad infantil ya estamos viendo cómo enfermedades como la diabetes cada vez debuta antes”, indica Maite Navarro, vocal de Sanidad del Colegio Oficial de Nutricionistas.
Además, tal y como informan desde el colectivo, “estos productos pueden influir negativamente en la microbiota intestinal y en los mecanismos de regulación del apetito, percepción del sabor y sistemas de recompensa a nivel cerebral, lo que contribuye al aumento de masa corporal y a la inflamación crónica, pudiendo generar problemas en la salud digestiva como venimos viendo en los últimos años con un aumento de patologías como el SIBO o enfermedades inflamatorias intestinales”, concluye Navarro.